¿Cómo puede contribuir el profesional de la educación a mejorar los procesos de empleo y formación en tiempos de crisis?


En tiempos como los que vivimos actualmente, debemos afianzar nuestras competencias personales y profesionales, con el objetivo de potenciar nuestras posibilidades de empleabilidad y acceder a un mercado laboral cada vez más complicado y competitivo.

La labor del profesional de la educación, como formador, coordinador de formación, asesor en los procesos de búsqueda y mejora de empleo, experto en aprendizaje 2.0 etc. es ahora crucial. Sus objetivos deben ser: dinamizar los procesos de empleo y formación, idear nuevas formas de ocupabilidad, asesorar en materia de autoempleo y emprendimiento, identificar nuevos yacimientos de oportunidad, así como facilitar el acceso a nuevas vías de formación y reciclaje profesional a través de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.

En el libro “Competencias profesionales del pedagogo: Ámbitos laborales y nuevos yacimientos de empleo”, pueden encontrarse respuestas desde la práctica, ya que en sus tres bloques temáticos y siete capítulos, se identifican las labores que este profesional puede desempeñar en las áreas de empleo y formación, dando las claves y aportando respuestas y soluciones concretas de actuación como las referidas a continuación:
1) Diseñar nuevos itinerarios de inserción laboral para las personas desempleadas u ocupadas que necesitan reciclarse y reorientar sus posibilidades de empleabilidad en el mercado laboral.
2) Identificar nuevos perfiles profesionales y diseñar planes de formación que permitan la recualificación de personas con bajos niveles de ocupabilidad.
3) Coordinar planes de formación que permitan el reciclaje de las personas que necesitan actualizar sus competencias profesionales.
4) Innovar en el ámbito de las nuevas metodologías de aprendizaje, aprovechando las posibilidades y potencialidades de las nuevas tecnologías de la formación y la comunicación.
5) Aprovechar las oportunidades de los entornos virtuales y espacios personales de aprendizaje para salvar la dispersión geográfica, aumentar las posibilidades de acceso a la formación y facilitar la conciliación de la vida personal y profesional.
6) Trabajar en el seno de las organizaciones empresariales para instaurar un modelo de enseñanza y aprendizaje que apueste por la internacionalización, la compartición de la experiencia y la gestión del conocimiento.

Estas y otras cuestiones, se abordan en este libro, que podrá adquirirse próximamente en librerías y en la web de Ediciones Aljibe (http://www.edicionesaljibe.com/).
 
En este libro participo como autor junto a Francisco José García Aguilera, autor del blog Mi efecto Red.

 

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